
Alaric no se había sentido tan feliz de ser parte elfo en toda su vida hasta que descubrió que tan solo unas pocas horas de sueño su cuerpo se libraría de todo rastro de alcohol en su sangre, justo a tiempo para el tercer día de celebración en la hacienda Maximof. Se podían contar con una mano las veces que los Maximof abrían las puertas de su hacienda durante el año, y todas eran durante el festival. Siendo la familia más poderosa de la región les daba cierta autoridad, y deber, hacia la comunidad y sus costumbres folclóricas.
El tercer día constaba en que todos los habitantes del pueblo debían acudir a la hacienda para el sorteo realizado durante una feria, a diferencia del día dos, aquí la comida era pagada pero los juegos eran gratis, sin mencionar el espectáculo. Hombres, mujeres, jóvenes, niños y niñas del pueblo debían jugar un juego. Entre los asistentes unos pocos recibirían esferas de cristal del tamaño de una canica y unas perlas. Los hombres debían dejar una perla en el bolsillo de quien considerasen la mujer más bella de todo el carnaval, con ella debían elaborar un accesorio con el que asistirían al baile del último día. Mientras que las mujeres debían escoger a los competidores para el torneo entregándoles una esfera de cristal la cual debían llenar con su sangre.
El carnaval era enorme, Malabaristas, tragafuego, espejos que cambiaban su reflejo, manzanas bañadas en caramelo, postres y golosinas que jamás había visto en su vida, y entre tanta gente no fue capaz de encontrar a aquella joven y solo fue que tras varias horas y habían abandonado toda esperanza de cruzarse en su camino una voz le hizo girarse.
-Nunca dejan de impresionarme- ahí estaba ella admirando a los danzantes de espadas, extranjeros que venían solo durante esa fecha para hacer gala de sus dominio de la espada y todos sus secretos, desde un viento que corta el vidrio como papel hasta una hoja que enciende en llamas con el solo desenvaine.
-Tú…
-Debí suponer que eras un forastero, nadie aquí es capaz de mirarme fijamente y dirigirme la palabra por segunda vez.
-Me disculpo si…
-Creo que fui yo quien te ofendió al marcharme así ayer- cortó ella- mi nombre es Selina, soy una de las doncellas de la iglesia de Kara, diosa de los sueños.
-Alaric- se presentó él.
-Ya que eres nuevo debes saber que año tras años la familia Maximof vence a la gente del pueblo en las competencias del festival, no importa a quien elijamos. Pero debo admitir que son muy superiores a los competidores promedio y el tener una mejor indumentaria ayuda, pero en fin, ello si pueden costearse armas decentes.
-¿Qué tiene de malo que ellos ganen?
-No lo entenderías, la poca interacción que tienes con ellos es cuando han abierto sus puertas pero si quieres saber cómo es una personas mira cómo te trata sin celebración o alcohol de por medio.
-He conocido a gente peor que me ha cerrado su puertas.
-Y yo a gente mejor que me ha hecho lo mismo, pero escucha ¿ves a esos espadachines? Tienen una mejor oportunidad que ninguna persona en este pueblo, me encargaré de que participen este año- dijo mientras enseñaba su esfera de cristal.
-Te verán llegar y sabrán que la tienes-hubo una pausa, él tenía razón- si esto es tan importante para ustedes entonces déjame intentarlo- acto seguido se puso delante de ella y con una mano atrás abrió su palma esperando pero no sintió nada, ella no estaba segura pero finalmente lo hizo y le dio la esfera de cristal rosando sus dedos, los de él eran ásperos, se notaba su oficio de cazador mientras que las de ella eran suaves pero con algunos cortes no perceptibles a primera vista pero si al tacto.
Cuando Alaric logró ocultar la esfera para uno de los danzantes de espadas Selina ya se había marchado, poco después comenzó el anuncio. Dos representantes de la familia Máximof, Charles y Claudia, gemelos e hijos mayores de la familia. Claudia comenzó a llamar los que tuviesen una esfera de cristal consigo. Algunos ya se habían dado cuenta de que contaban con una, otros dos hijos de la familia Maximof, bastante jóvenes entre 20 y 23 años, un monje de la Catedral con una concentración y rostro inmutables, el danzante de espadas quien estuvo bastante sorprendido, los demás parecían ser gente común del pueblo, un cocinero coruplento, campesinos con demasiados inviernos encima y otras figuras no muy conocidas hasta que solo faltaba uno.
-Será mejor que subas- era la voz de Selina que se había ubicado tras él, aunque eso no pareció sorprenderlo, lo que sí le sorprendió fue que al revisar sus bolsillos estos estaban vacío, pero había ignorado la esfera de cristal que habían colocado en su capucha. Se dio cuenta de que había bajado la guardia cuando ella le dio la primera esfera, jamás pensó que alguien llegase a tener dos, no, no era probable pero entonces ¿Quién lo habría inscrito a él?
Alaric se dispuso a subir junto a los demás participantes podía pasar por uno más de los del pueblo, sus ropas no eran extraordinarias a diferencia de los hermanos Maximof pero Alaric sabía que eso no estaba bien ¿Qué a nadie más le parecía raro que hubiesen dos hermanos Maximof en un evento organizado por ellos? Aparentemente había algo más que Alaric no sabía, no solo estaban los dos hermanos, sino que 3 de los 16 concursantes también eran fieles colaboradores de dicha familia. Mientras caminaba hacia los otro escuchó susurros solo perceptibles gracias a su parte élfica “Las cosas eran diferentes con Sir Willian”, “Wll no habría permitido esto”, “Otro año para los Maximof”. Alaric se formó junto a los otros.
Luego fue tiempo de Charles de llamar a las portadoras de la perla rosa, Alaric asumió que si Claudia hubiese tenido menos de 30 también habría sido llamada pero ahí estaba su hermana menor para tomar su lugar y ella tenía mucho años de concurso por delante, con cada participante las palmas y silbidos iban en aumento pero sería la presencia de Selina quien dejaría mudos a todos y por un momento hizo sentir culpa a Alaric por hacerla participar aunque al parecer ella había hecho lo mismo con él, no hacía falta ser elfo para escuchar las murmuraciones, pero fueron tantas que solo logro distinguir comentarios pocos amables, por decirlo menos, y palabras que se repetían una y otra vez “bastarda”, “demonio”, “bruja”, una cosa era segura, de no haber estado con Claudia Maximof en el mismo escenario le habrían lanzado hasta rocas.
Caspian había hecho algo malo, no entendía por qué nadie apoyaba a Selina, es decir no era demasiado joven para participar, no tenía que enviar a la hija de los Maximof pero si era la única que estaba infeliz de estar ahí, pero, al igual que el monje, logró mostrarse indiferente aunque por dentro sentía deseos de salir corriendo y entonces Alaric comenzó a aplaudir y otros concursantes le siguieron, poco después algunos entre el público, la mayoría niños quienes desconocían de quien se traba, incluso Charles parecía haber salido de su trance cuando ella pasó a su lado, los aplausos fueron pocos pero callaron los susurros. Tras presentar a todos el festival retomó su curso sin la presencia de los candidatos. Todos serían ahora huéspedes de la familia Maximof con todos los lujos que eso implicaba, una cama con almohadas de plumas, comida caliente, una chimenea siempre encendida, fruta fresca, mucho vino y guardias en las puertas.
Selina nunca había tenido tales lujos o una cena como la que la esperaba en su alcoba, pero no tenía hambre, jamás pensó que alguien fuese a postularla como candidata a la doncella del festival, no eras que subestimase su físico, pero solo alguien con suficiente ignorancia de la historia local la nominaría a ella “Alaric” dijo en voz baja y fue invadida por una extraña mezcla de emociones, rabia, vergüenza, pero a la vez una sombra de alegría mientras una sonrisa comenzaba a dibujarse. Entonces un gato trepó por su ventaja, aquel gato negro del callejón.
-Fue él- le dijo al gato y tras una pausa siguió- no, estoy totalmente segura de que no lo sabe- otra pausa- por supuesto que estoy enojada- pausa- ¿A qué te refieres con eso? – pausa y sonroja ligeramente las mejillas pero también podría excusarse usando la cólera-es obvio que estoy enojada, y no, eso no cambia nada- dijo mientras recuperaba su color natural- traerán mis pertenencias al amanecer- pausa- no, no es necesario que te quedes esta noche, solo asegúrate de que no se “extravíe” nade en el camino.
Alaric no sabía que esperar así que registró toda la habitación en cuanto llegó, para su sorpresa sus sospechas tenían fundamente, había descubierto al menos dos tablas flojas en el suelo que ocultaban un pequeño y apolillado cofre lleno de viejas cartas de amor, junto a estas estaban unos pétalos ya muy viejos.
-¿Por qué ella?- había una sombra en su ventana, una capucha que ocultaba su rostro o eso esperaba al haber apagado el fuego de su chimenea ¿cómo lo había hecho sin haber entrado? Por fortuna Alaric nunca necesitó de aquella luz realmente
-Tú eres a quien llaman El Monje, de los pocos favoritos a ganar que no lleva el apellido Maximof- de alguna forma había trepado desde su ventana, bastante valiente al estar sostenido a casi 10 metros del suelo.
-Entonces es verdad, no eres humano, solo un forastero que no sabe cómo llegó hasta este punto ¿Tienes idea de a quien nominaste para la doncella del festival? ¿Tienes una idea de por qué se celebra? ¿O tienes idea de cuantos años esperé para ser nominado? Por supuesto que no, así que permíteme sacarte de tu ignorancia: Hace casi 10 años la Santa Inquisición capturó y exterminó un aquelarre de brujas que se infiltró entre nuestra comunidad, su única superviviente fue una pequeña con cuatro años de edad a la que la Hermandad de Kara acogió bajo su cuidado todos estos años mientras que los descendientes de los Maximof orquestan un festín en honor a esa masacre que en poco tiempo se convirtió… en esto- dijo casi escupiendo esas última palabras- un festival. Selina pasó desapercibida todo este tiempo gracias al respeto que la gente tiene a la Hermandad, pero tú… tú la has vuelto hoy un blanco…
– “¿A eso llamas desapercibida?”- pensó él- ¿Eres parte de la Hermandad?- dijo por fin.
-Lo soy, no sé quién te metió en esta competencia, pero llegado el momento seré quien te saque de ella, elfo bastardo.